Donación de órganos; solidaridad en vida y aún después de la muerte
Benny Cruz Zapata.
Cd.Victoria, Tamaulipas.-En el marco de la conmemoración del Día Nacional de Donación y Trasplante de Órganos -26 de septiembre-, se resalta la importancia de decir sí a ser donante, para salvar vidas mediante un acto de solidaridad en vida y aún después de la muerte.
La Secretaria de Salud en la entidad expone que el 26 de septiembre de cada año se celebra en México el Día Nacional de Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos, con el objetivo de generar conciencia.
En información institucional se explica que la donación de órganos consiste en la extracción de órganos o tejidos del cuerpo de una persona fallecida recientemente o de un donante vivo, con el propósito de implantarlo en una persona a la que le ha sido extirpado.
Entre los órganos internos que se pueden donar se encuentran: riñones, corazón, hígado, páncreas, intestinos y pulmones. La piel, los huesos, la médula ósea y la córnea, son también tejidos trasplantables.
La donación se clasifica en dos categorías: la primera es la donación cadavérica, que consiste en la donación de órganos tras haber fallecido. Si la muerte se debe a un paro cardio-respiratorio (deja de funcionar el corazón), solo se pueden donar tejidos como córneas, pues la circulación y oxigenación al resto del cuerpo se detienen; si es por muerte encefálica, únicamente el tallo cerebral deja de recibir sangre, lo que brinda la oportunidad de donar órganos como el corazón, hígado, pulmones, páncreas y tejidos.
La segunda es la donación en vida, la que, en casos específicos, permite donar algún órgano o porción del mismo sin que afecte la salud del donante (como la donación de un riñón).
Es importante mencionar que no todas las personas, tras su fallecimiento o en vida, pueden ser donantes, por lo que es fundamental concretar una evaluación minuciosa del organismo, a fin de determinar las condiciones en las que se halla el cuerpo y ciertos órganos en particular.