Lo que provoca Lalo Gattas
Anecdotario/Javier Rosales Ortiz.
Puede que sea un caso pueril, fútil o, candido para algunos, pero estoy casi seguro que para otros que fueron los protagonistas, las estrellas luminarias en su momento, pasaran saliva porque algunos recuerdos no se desvanecen como si fueran lágrimas que caen al suelo.
Algunos viven, otros ya no, pero sus familiares aun recuerdan ese paso largo o corto que dieron por la calle 18 Juárez y Zaragoza, en pleno centro de Cuidad Victoria, Tamaulipas, un barrio que fue la posada de conocidos personajes de la política, del servicio público, de la belleza, del arte, de la medicina y del deporte blanco.
De la política, porque cada tarde, con un libro o periódicos bajo el brazo, pasaba por la esquina del 18 Ramón Durón Ruíz y se detenía a platicar con la chamacada sobre su futuro literario, pero de vez en cuando le ganaba la emoción porque confesó que soñaba que iba a ser alcalde de Cuidad Victoria, algo que le toco. El vivía a dos calles del 18, pero se notaba que algo atractivo le veía a ese lugar de gente alegre y muy comunicativa.
De paso, Florentino Aron Sáenz Cobos, aparecía por el lugar, donde después a muchos les dio gusto que se haya convertido en diputado y en una autoridad de peso y brazo derecho de algunos gobernantes.
Y como no mencionar a los servidores públicos, si en la mera esquina vivía el entonces Secretario de Seguridad Pública, Raúl Flores Moran, su esposa Alicia y sus hijos Raúl, Amilcar, Ulises y Libio, quienes con su primera letra forman el nombre del ex funcionario.
Don Raúl era muy afecto a asomarse por las rejas de su casa para observar las maldades que hacían los chavos y de paso acariciaba con cariño la espalda de su perro.
Que no decir de Amilcar, uno de sus hijos, quien como traumatólogo operó con éxito a mi esposa Blanca de la rodilla junto con su colega, Vicente Joel Hernández Navarro, hoy Secretario de Salud en Tamaulipas. El encargado de la salud de los tamaulipecos tenía a unos metros de la calle 18 un consultorio privado, muy frecuentado por quienes padecían enfermedades difíciles y que ponían en las manos de los importantes galenos su complicado futuro.
Y otro se los hijos de Don Raúl, Libio, es hoy el responsables de tránsito en Ciudad Victoria, un puesto que le sienta como anillo al dedo, porque no es la primera vez que pisa ese terreno.
Y de la belleza el 18 o cerca de el, también tiene lo suyo, ya que Lorena Jiménez y Claudia Beltrán- esposa del amigo Antonio Martínez Torres- concursaron en dos certámenes, uno local y el otro nacional, en los que rindieron buenas cuentas.
Pero no solo a todos ellos se puede mencionar, ya que vivieron en el lugar el ex delegado del Infonavit, César Saavedra Sánchez, padre de un importante funcionario del DIF municipal, Enrique Varela, ex titular del ITAVU, la familia Robinson, los Sepúlveda y Antonio Pedraza, esposo de la poetisa Lupe María de la Garza.
Toño, tenista de corazón, era compadre del famoso José Sulaimán Chagnon, quien siempre visitaba el barrio para disfrutar de los saludos y de la buena vibra.
Y también, según se decía, acudía al lugar el ex gober, Eugenio Hernández Flores, en sus años mozos a jugar fútbol con la perrada.
Y, de arte y cultura, no puedo dejar de hablar, si el pintor, poeta, muralista y escritor, Alejandro Rosales Lugo, -mi tío-, nació en ese lugar junto con sus hermanos Javier, María Esther y Antonio, seres que fueron la adoración de sus padres, Paulina y Francisco.
Es, Alejandro, una figura ilustrativa de lo que se debe hacer para que a la palabra cultura le brote jugo.
En fin, en el 18 viven o vivieron, toda una comunidad que desde hace más de 40 años no vieron que su calle haya sido repavimentada como hoy lo hizo el alcalde victorense. Eduardo Abraham Gattas Baez.
Recuerdos, que son comunes en cada lugar de vecindad y que hoy se rescatan gracias a un alcalde que aun no mide, estoy seguro.
Lo que provocó.